Huella de una mano sin lavar.
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"Lávate
las manos antes de comer". Pasaste la infancia escuchando la frase. Pues
ahora una profesora estadounidense creó esta prueba gráfica del valor del
consejo, a partir de la huella inmunológica de su hijo de 8 años.
Hace
dos semanas Tasha Sturm, quien trabaja como técnico del laboratorio de
microbiología en el Colegio Cabrillo, en Aptos, California (Estados Unidos),
pidió a su hijo que saliera al jardín y jugara con el perro de la familia
durante un rato.
Cuando
regresó a casa, le indicó que colocara la mano derecha sobre una placa de
Petri, uno de esos platillos que se usan en el laboratorio, y que presionara
con suavidad.
Las
manos del hijo de Sturm no estaban tan sucias como la de esta niña, pero aun
así contenían millones de bacterias.
La
placa de 15 centímetros de diámetro la había antes esterilizado y vertido agar,
una sustancia que se extrae de algunas algas y se utiliza como medio de cultivo
de microorganismos.
Así que
cuando su hijo hubo estampado su huella en ella, Sturm la tapó y la introdujo
en un incubador a 37 grados durante un día entero.
Y
después la dejó a temperatura ambiente.
Jardín
colorido
Al cabo
de una semana, había emergido el dibujo de una pequeña palma humana hecha de lo
que parecían flores de colores, tal como se puede apreciar en la fotografía que
después compartió en microbeworld.org, un sitio en internet de la Sociedad
Estadounidense de Microbiología.
Era la
huella inmunológica de su hijo. La prueba gráfica de lo que puede esconder una
mano sucia.
"Estoy
guardando la placa para mostrársela a los estudiantes de microbiología en una
semana y media", escribió Sturn en la página web.
También
tomó fotos detalladas de las colonias de microorganismos.
El
colorido "jardín" de la palma del niño corresponde a varios millones
de bacterias, asegura la profesora.
Y es
que en el cuerpo humano puede llegar a haber miles de millones de
microorganismos ajenos, diez veces más que el número de células propias.
La
experta cree que este microorganismo es un estafilococo.
Según
Sturm, la mayoría de los que se ven en la imagen son bacilos, un grupo de
bacterias muy diverso.
Las
colonias blancas en torno a las huellas dactilares son probablemente
estafilococos, las amarillos micrococos y las más rojizas bacterias del género
serratia, explicó la experta, quien también tomó fotografías más detalladas de
cada una de ellas.
Todos
estos microorganismos son muy comunes, por lo que es muy probable que estén
presentes en el cuerpo, así como en la mano el la nariz o en la piel de otras
partes del cuerpo.
El
experimento tenía como objetivo remarcar la importancia de lavarse las manos.
Algunos
son patógenos, como la Serratia marcescens, y pueden causar infecciones,
especialmente entre pacientes hospitalarios.
Sin
embargo, Sturm dijo no estar preocupada por que su hijo pueda tener tantos
microorganismos en sus manos.
"Estar
expuesto a estos es parte de un sistema inmunitario saludable", explicó.
Eso sí,
mejor lavarse las manos y no ponerlo a prueba.
Fuente: BBC Mundo/salud