Es
ciego, usó todo su ingenio y se graduó de Programador con un promedio de 9,28.
Gerardo
Mani padece retinosis pigmentaria y a sus 37 años se las ingenió para usar
diferentes software y dispositivos que le permitieron convertir los textos de
estudio en archivos de audio.
PERSEVERANCIA.
Gerardo Mani padece una enfermedad congénita que a lo largo de los años le fue
quitando la escasa visión con la que nació. Igual, nada lo frenó y ya es un
flamante programador.
Gerardo acaba de cumplir un objetivo pendiente durante mucho tiempo, ser
Programador en Computación. Pese a su ceguera, se las ingenió para usufructuar
los adelantos tecnológicos y cursar y rendir la carrera, al punto que terminó
con un promedio de 9,28.
Aunque
luchó contra la enfermedad y de niño hasta lo llevaron a Cuba para operarlo, la
retinosis pigmentaria fue implacable. Lentamente le fue quitando la visión, al
punto que a sus 37 años ya usa bastón blanco. Sin embargo, logró con éxito su
objetivo. La clave para estudiar y presentarse a los exámenes fue convertir
todo el material escrito en archivos de audio, para lo cual usó computadoras y
dispositivos móviles.
"Yo
siempre quise ser programador, pero mi primera experiencia fue mala. En 1998 me
inscribí en la Facultad y entre algunos problemas de enseñanza y especialmente
la tecnología tan pobre que había por entonces, dejé todo y con mucha bronca.
Tanto me duró esa frustración, que recién en 2012 decidí darme otra
oportunidad. Me inscribí en el Instituto Cervantes y esta vez pude lograrlo',
contó Gerardo.
Ahora
comenzará a estudiar Analista de Sistemas y seguirá disfrutando de su familia.
Desde hace unos años, Gerardo está en pareja con Mariana, también ciega y a
quien conoció en la escuela Braille; y ambos son papás de Zaira, de 5 años.
Fuente: diariodecuyo.com.ar