Nacer sin el sentido de la vista o quedarse sin el por alguna
enfermedad o accidente ocasiona una serie de inconvenientes para las
personas, en un mundo que no está preparado para ellos. Si bien existen
sistemas como el Braille, el cerebro logra adaptarse para que las
discapacidades visuales no sean un obstáculo para la vida.
1. El cerebro se reorganiza y se potencia
El cerebro de las personas ciegas, ya sea
de nacimiento o durante la infancia o adultez, tiende a "re-cablearse".
Así, potencia sus capacidades utilizando áreas que normalmente usamos
para funciones visuales. Esto se debe a que las diferentes zonas del
cerebro están interconectadas y, gracias a la llamada neuroplasticidad,
son capaces de adquirir nuevas funciones o modificar las existentes. Por
ejemplo, una persona vidente es capaz de reconocer e interpretar 10
sílabas por segundo, mientras que una persona ciega reconoce 25, lo que
demuestra como el cerebro se potencia para corregir deficiencias.
2. La corteza visual adquiere funciones auditivas
En Israel, se realizó un estudio en el que,
se asoció ciertos sonidos con diferentes objetos, con la idea de que
los reconocieran al escucharlos. Una vez que las personas invidentes
lograron reconocer los sonidos, se les hizo una resonancia, durante la
cual se reprodujeron los audios estudiados. Los científicos vieron cómo
las zonas del cerebro normalmente asociadas a la visión trabajan para
convertir el sonido en concepto o imagen.
3. El cerebro se estimula con la luz, pese a que no la ven
Ya sea en casos de perdida parcial de la
visión, y también en quienes son completamente invidentes, la luz tiene
un efecto por sobre su cerebro. La retina, por más dañada y poco
funcional que esté, igual tiene receptores de luz que, al sentir el más
mínimo estimulo, alerta y pone el cerebro en acción, activando una serie
de funciones cognitivas que se realizan durante el día, siguiendo el
ritmo circadiano.
4. El sentido del tacto estimula a la corteza visual
Muchos ciegos tocan rostros u objetos para
reconocerlos, utilizando para ello el sentido del tacto, que envía
señales al cerebro, las que son decodificadas en la corteza visual. Esa
zona, que usualmente usamos para convertir lo que nuestro ojo ve en una
imagen, se reentrena para decodificar lo que se toca. Quienes utilizan
el sistema Braille identifican las letras y conceptos de esa manera.
5. Interpreta el eco para distinguir obstáculos
En vez del famoso bastón, existe un método
que algunos ciegos utilizan para caminar por las calles, sin chocar con
obstáculos. Se trata de la ecolocación humana, para la que se utiliza la
zona del cerebro que el resto utiliza para la visión. Tras un
entrenamiento, la persona emite sonidos especiales desde su boca,
chocando la lengua contra el paladar. El oído interpreta el eco cuando
ese ruido rebota contra un obstáculo y sabe cuáles evitar y qué caminos
están libres.