Perdió la vista, pero no las ganas de vivir.


¿Cuántas veces no has pensado en conseguir miles de cosas en el ámbito laboral, social y familiar, por lo que has trazado planes para llevarlos a cabo? Eso es algo muy normal en los seres humanos, pues nunca dejamos de pensar en nuestro futuro, pero ¿qué pasaría si algún suceso como una enfermedad, te impidiera o te hiciera cambiar lo que tanto deseaste?
Una situación similar le ocurrió a Katya Vega, quien a sus 24 años, era como cualquier joven a punto de graduarse con miles de proyectos y metas que cumplir; sin embargo, la vida le dio la prueba más difícil de todas: perder la vista.
En 2012, Katya cursaba su último año de licenciatura en fisioterapia cuando comenzó a experimentar diferentes cambios en su salud como cansancio extremo, desmayos y convulsiones.
Tras ser analizada por los médicos, fue diagnosticada con síndrome de cogan, una enfermedad autoinmune que le afectó su audición, le provocó heridas en la piel, glaucoma y úlceras en los ojos, teniendo como consecuencia la pérdida de la visión.
En solo tres días, el mundo de Katya había cambiado por completo. Las cosas y personas que conocía, ya no los vería más y lo que quería en la vida, no sería del todo posible.
A pesar de la tristeza que sintió, Katya no se dejó vencer y ha buscado salir delante de una u otra manera sin depender de nadie, más que de ella misma.
Para Katya depender de las personas, no es algo que vaya con ella, pues es perfectamente capaz de valerse por sí misma, aunque tampoco rechaza el apoyo de los demás.
Tanta fue la determinación de Katya por no dejarse vencer, que vive el día a día de manera normal, con algunos cambios pero haciendo lo que más le gusta, por lo que actualmente se divide entre sus dos pasiones: la terapia física y la comedia, donde ha demostrado ser una gran representante del stand up.
A un año de su enfermedad, Katya acudió a un show de stand up comedy y fue tanto el impacto que le causó, que decidió inscribirse a un taller para aprender las técnicas.
A pesar de que consideró que no sería aceptada por su discapacidad, para su sorpresa lo organizadores le dijeron que ese no era ningún problema, lo que le generó una gran alegría y entusiasmo.
En ese momento, comenzó la carrera en la comedia de Katya, donde ha demostrado que cuando se quiere logar algo, no hay nada que pueda impedirlo.
Para Katya, hacer stand up es una forma de alzar la voz de las personas que como ella asegura, son ciegas, donde puede expresar lo que piensa de su condición, y lo que también le duele, pues afirma, es una especie de terapia que le ayuda a recobrar las fuerzas cuando ha sentido que puede perderlas.
El stand up, no solo representa una actividad más para Katya, ya que es de las primeras cosas que pudo hacer sola al perder la vista, y lo que la ha hecho buscar más y más, como ocurre ahora que escribe obras de teatro, toma cursos de fotografía para quienes no pueden ver, está por concluir una maestría y da conferencias sobre lo que le ocurrió enfocado en la comedia.
A Katya nada la detiene, por lo que hace dos años, tomó una de las decisiones más importantes: independizarse y comenzar a vivir sola, porque como antes mencionó, no quiere depender de nadie para hacer su vida y mucho menos ser vista con lástima.
Katya confiesa que si bien no se deja vencer, hay momentos en los que es inevitable sentirse triste o llorar, lo que es algo válido, pues al final, todos somos humanos, pero que lo importante es no dejar que ese estado controle la vida, sino buscar vencerlo.
Así como Katya, en el mundo, de acuerdo a datos de la OMS, hay más de 285 millones de personas con discapacidad visual, de los cuales 39 millones no ven y 246 millones tienen baja visión.
Desgraciadamente esta discapacidad es un motivo de discriminación en la sociedad, algo por lo que ella pelea, porque solo busca ser alguien normal a quien no se le dé más atención de la que una persona sin discapacidad tiene.
“La vida es bien difícil. Realmente quien dice que la vida es preciosa, pues está padre que lo piensen porque yo no, pero yo creo que mientras tú puedas encontrar un momento de reírte, sentirte bien, de ser la ganadora, esos instantes hacen querer vivir”.
Fuente:  sumedico.com